31.12.11

Cuidado con lo que deseáis...se os puede cumplir

Estas ceremonias rituales sobre el paso del tiempo (fin de año, cumpleaños, cambio de las estaciones, etc) suelen ser muy divertidas. Sin embargo, es bueno dotarlas de algún sentido, tanto individual como colectivo. Terminaré lo que he empezado y que valga la pena culminar. La vida ha dejado de ser una lucha constante para mi. Seguiré fluyendo en el continuum espacio-tiempo. Sólo atraigo lo que soy. Cuidado con lo que deseáis, porque se os puede cumplir.
Esto último, le pasó al hombre que encontró una lámpara mágica entre la arena de la playa. Al limpiarla, surgió un genio:
-Oh, señor, por liberarme de mi cárcel de siglos, te concedo un deseo - dijo el genio.
-Quiero ser muy rico -dijo el hombre.
- Concedido, mi señor.
...Y entonces el genio se lo comió y partió hacia la libertad.

Otro hombre -más avisado-, ante la misma circunstancia, pensó mejor su deseo. El genio le había concedido tres.
-¿Cuál es vuestro primer deseo, mi señor? - preguntó el genio.
-Quiero ser un hombre sabio.
-Concedido...Aún os quedan dos deseos, mi señor.
-No quiero más nada...Ya tengo suficiente.
Felices, sabios y provechosos cambios para todos.

27.12.11

Comunicación de crisis y percepción de la realidad


Por Ramón Maceiras López
Casi al final de su vida, George Orwell, autor de la conocida alegoría novelesca 1984, perfilaba en 1946 el concepto de la newspeak, o neoparla, o neolenguaje. La esencia de tal engendro consiste en la utilización del lenguaje con un determinado propósito: inducir una sesgada percepción de la realidad, más que dedicarse a la sencilla y limpia comunicación de los hechos. Mucha agua ha corrido bajo el puente desde aquellas fechas en las que el Gran Hermano de Orwell explicaba en el capítulo final de 1984 el arte y la técnica del newspeak. Decía Orwell (cuyo verdadero nombre era Arthur Blair) que "en nuestro tiempo, los discursos políticos y la escritura son en gran medida la defensa de lo indefendible". La cita la recoge Geoffrey Regan en un revelador libro: Guerras, políticos y mentiras.

Hoy disponemos de toda una teoría y una larga práctica del newspeak y se denomina Gestión Estratégica de la Percepción, o por su nombre en inglés, Perception Management. No hay gabinete de comunicación que se precie, que no disponga en su arsenal retórico de los artilugios de la neoparla. Cualquiera que conozca los rudimentos de la técnica, puede detectar las operaciones de gestión de la percepción en el ámbito de la política internacional, entre los gobiernos y los ciudadanos, en las guerras comerciales, en la publicidad, en el ámbito de las relaciones de la empresa con su personal y en los aspectos sicológicos de la guerra (guerras asimétricas, las llaman ahora). La base de tales operaciones estriba en un axioma importado de las neurociencias aplicadas a la comunicación: la percepción de la realidad forma parte de la realidad. El objetivo es que a partir de una determinada percepción de los hechos se desarrolle un comportamiento específico. De esa manera la profecía se cumple. Si los convenzo a ustedes de que vienen buenos tiempos, ustedes se comportarán en consecuencia. Si se los pongo muy crudo y los atemorizo con una percepción angustiosa sobre el futuro, probablemente acepten ustedes una serie de medidas duras que tendremos que tomar, eso sí, por nuestro bien.

Desde el minuto cero, el gobierno de Mariano Rajoy nos está sometiendo a una dosis masiva de Perception Management. He podido detectar tres frentes de ataque. El primero, referido a la crisis económica y sus salidas. El segundo, dedicado a reflotar la deteriorada imagen de la Casa Real. Y el tercero, un intento de cambio en la percepción de la llamada "violencia de género", ese engendro feminista. Tres operaciones en una semana, que revelan muy bien que "otro chico ha llegado a la ciudad", o que Moncloa ya no será lo que era en los tiempos de Zapatero.

Fue por boca del ministro de Economía y Competitividad, el señor De Guindos, que nos enteramos esta semana de que dos trimestres de crecimiento cero o negativo del PIB no son una recesión, sino una "desaceleración" o "crecimiento negativo" (¿?¡!). Nos previene sobre la llegada de "tiempos difíciles". Pero no nos preocupemos, porque tales dificultades son "un acicate para aplicar las reformas necesarias". Supongo que el ministro aspira a que nos traguemos el duro paquete de ajuste sin chistar, ya que es por nuestro bien. Era lo que hacía mi madre con el aceite de ricino. Todo ha sido culpa nuestra también, ya que, por supuesto, "vivimos por encima de nuestras posibilidades". El complejo de culpa, Freud dixit. El gobierno ha creado las condiciones -ya desde la campaña electoral- para que las medidas que se tomen sean aceptadas como prescripción inevitable y dura, la cual tenemos que tragar resignadamante. Eso sí, después de tan amarga medicina, veremos la luz al final del túnel, dentro de dos trimestres. La operación es magnífica por su sencillez y orquestación mediática. Previamente, se nos machacó hasta el cansancio con la idea de que el equipo de gobierno está integrado por gente "competente", con mucha "experiencia". El ministro Montoro asegura que "no son recortes, sino reformas"...Nada, que tenemos que confiar en los médicos prescriptores. Ni el doctor House cuenta con tanta fe ciega por parte de sus desesperados pacientes. El nunca bien ponderado Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal de EEUU -uno de los padres de la crisis- también nos entretenía con la "exhuberancia de los mercados", para no referirse a las burbujas de los "bonos basura", las burbujas de las "puntocom", "burbujas inmobiliarias", y otras lindezas que quebraron el sistema financiero internacional. La Moncloa pasa así de vendernos el "optimismo antropológico" -y algo bobo, puro psicologismo barato y pop- de Zapatero, a la anticipación de la frustración, del ministro De Guindos. Management by crisis, que dirían los teóricos del Perception Management.

La segunda operación -paralela a la anterior- está dirigida a restaurar la confianza en la Casa Real y, específicamente, en el rey Juan Carlos. Para resumir, el malo de la película es el señor Urdangarín, oveja negra plebeya infiltrada en la familia real, cuyos comportamientos "no ejemplares" han manchado la reputación de la Corona. En su discurso de Navidad, el rey nos aseguró que "todos somos iguales ante la ley" y pasó después a mostrar su apoyo a los desempleados atribulados por la crisis, reclamó la unidad nacional para salir del atolladero e insinuó que, por si acaso, hay recambio real en la figura del impoluto príncipe Felipe. En los próximos días veremos una inusitada presencia pública del rey y del príncipe, encarnación ahora de la Casa Real, una vez apartadas las dos infantas -y el infame Urdanga- de la vida pública. Y un aguinaldo: el rey enseñará sus cuentas, pero al estilo del Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba.

Como consultor en comunicación, recomiendo a la Casa Real que revise esta operación. Se le ven las costuras y chirría por los cuatro costados. En primer lugar, el rey no es "igual ante la ley", ya que por definición no es imputable penalmente y su cargo no se elige democráticamente. No es él la persona adecuada para decir tal cosa. Después, al margen de su figura, los españoles sabemos que no hay igualdad jurídica y que los que disfrutan de dinero y poder son más iguales que otros. En segundo lugar, todos sabemos que el plebeyo Urdangarín gozó de impunidad hasta que el escándalo fue mayúsculo e inocultable y, en tercer lugar, una vez finalizada la transición, el papel de la corona no está claro en España ¿Para qué sirve la monarquía? Más deberes para el señor Spottorno. Le recomiendo al recién estrenado muñidor de La Zarzuela, un período de consultas con la reina Isabel de Inglaterra, verdadera experta en annus horribilis. Porque, de momento, esta operación no cuela. Además, las cuentas reales tendrían alguna credibilidad si estuvieran auditadas por la intervención del Estado. Es conocido lo que hacía el Gran Capitán con las cuentas de los Tercios Legionarios: "por picos, palas y azadones, cien millones...", decía el Gran Capitán a un atribulado Fernando, el católico. Y prevengo contra la extendida idea de confundir republicanismo con izquierdismo. Hay cada vez más republicanos que no son de izquierda. Otro punto para reflexionar: Tal como está el patio en España ¿por qué el presidente Rajoy ata la reputación de su recién estrenado gobierno a la suerte de la monarquía? El señor Tony Blair puede dar algunos consejos al respecto.

Y finalizo con la tercera operación. La ministra Ana Mato ha cambiado el chip de la cacareada "violencia machista" o "violencia de género" con la que nos machacaron durante ocho años las feministas radicales y trasnochadas del PSOE y aledaños, por una más light y neutra "violencia en el entorno familiar", a propósito del crimen de Roquetas del Mar. Esta operación de percepción pública tiene que luchar contra una tradición que se ha venido imponiendo a lo largo de las dos anteriores legislaturas. Ya le llovió a la ministra Mato la dictadura feminista radical por cometer un delito de incorrección política. Pecado mortal para este tipo de ideología de género...Sin embargo, admito que me gusta el cambio en el enfoque de este tema...

Remato con una pregunta: ¿no será demasiado aceite de ricino en tan poco tiempo? Sabemos que hay mucho que cambiar, pero ¿no será contraproducente abrir tantos frentes de batalla al mismo tiempo? Es cierto que los adversarios se retiran en desbandada...Pero la mayoría absoluta no es una patente de corso, señor Presidente.
Para consultas, mi e-mail está en el encabezado del blog.

22.12.11

Felices y provechosos cambios

Encontrar dirección y sentido para nuestra vida es la clave para transitar airoso por estos tiempos de incertidumbre. La otra llave está en el esfuerzo colectivo y la solidaridad. Nadie se salva solo. Nadie tiene la verdad absoluta. Escuchar a los otros y asumir que por muy amplios que sean nuestros puntos de vista son siempre parciales, es una buena manera de construir explicaciones colectivas y salidas comunes a la crisis. Centrarnos en lo que tenemos que cambiar y planificar cómo, es una tarea crucial para todos y cada uno de nosotros. Esperar que desde el Estado o desde las alturas se revelen las soluciones a nuestros problemas es simple y cómodo pensamiento mágico. "Ayúdate, que yo te ayudaré", decía el Señor.

Felices y provechosos cambios para todos. El próximo segundo que pase es el primero del resto de nuestras vidas.

14.12.11

Cuando decir la verdad es la mejor estrategia: Oratoria 2.0


Estos tiempos de cambio -que algunos llaman crisis- están destrozando los viejos paradigmas de la comunicación. La nueva actitud ciudadana y la cruda realidad que se consolidan a pasos agigantados han descolocado a políticos, periodistas, editores, publicistas, manipuladores de opinión y el turno le ha llegado a la oratoria.

Por Ramón Maceiras López
La idea, atribuida al doctor Goebbels, de que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad, ha sido el mantra comunicacional más aplicado a lo largo de los últimos ochenta años. El otro mantra reza que si esa mentira se expresa mediante imágenes, vale más que mil palabras. De tales creencias se ha impregnado la práctica comunicacional en la política desde Maquiavelo para acá. La publicidad ya no vende productos sino estatus, lifestyle, bienestar, modas cool: puro humo, pues, posmodernismo fatuo. El viejo y riguroso periodismo de antaño ha sido pisoteado por el show business. Para nadie es un secreto que, salvo en contadas excepciones, los gabinetes de manipulación de gobiernos, empresas, partidos políticos, y distintas organizaciones que actúan en sociedad, nutren con su propaganda al menos el 60% de los contenidos de los medios de comunicación, tanto en productos escritos como audiovisuales. La racional oratoria aristotélica perdió la batalla frente al sofismo, la charlatanería tertuliana -muy en boga en España y Latinoamérica-, y la demagogia rampantes. Los medios han descubierto que sale más barato contratar a tertulianos de ignorancia enciclopédica que pagar a buenos periodistas especializados en los distintos temas del interés público. Pero eso lo abordaremos otro día.

En el campo del llamado desarrollo personal, los traficantes de sueños alelaron con subjetivismo falaz e infantil y pensamiento mágico, las mentes de ilusos ciudadanos en busca de la felicidad, ese obscuro objeto de deseo.  Tú puedes, tú decides; la presunta ley de la atracción; no eres tú, soy yo; el poder de la mente; el pensamiento positivo, lo que importa es el aquí y el ahora, y otras martingalas, alimentaron el narcisismo rampante de una sociedad occidental ávida de egoísta individualismo, felicidad boba, consumismo a espuertas, experiencias límite, hedonismo y profecías autocumplidas. Los culpables siempre son los otros y mi autoestima es lo fundamental. Tú eres la persona más importante del mundo, proclaman los traficantes de sueños.

Pero el gran bluff se desmorona. El rey estaba desnudo. Parafraseando el viejo son cubano, llegó la crisis y mandó a parar. La riqueza creada era pura ingeniería contable. El trabajo de tus sueños nunca llega. La pareja perfecta no existe. Desgraciadamente, no puedes lograr todo lo que te propones. Ni atraes todo lo que deseas, por muy obsesivo que te pongas. Tú también eres culpable de lo que te ocurre. El poder de tu mente es limitado. El pensamiento positivo está bien, pero no hace milagros. Lamentablemente, lo que hagas aquí y ahora condiciona tu futuro y, si te olvidas del pasado, estás condenado a repetirlo...Y en cuanto a autoestima, si eres un ratón, de poco sirve que te creas un león. Y de pronto, la idea de que los problemas colectivos se resuelven colectivamente, en sociedad, respetando a los otros, puede ser una buena norma de actuación.

Una vez que se van difuminando en el cielo los restos del humo de los fuegos de artificio, la realidad se va imponiendo poco a poco, cruelmente, a veces. La señora Merkel le canta a Europa las verdades del barquero, el señor Zapatero recibe una dura lección de economía, el señor Rubalcaba descubre que las técnicas de marketing político no hacen milagros. Por otros pagos, el señor Obama -el príncipe del  Yes we can- ya no puede hipnotizar serpientes con su verborrea guay y distractora. Hugo Chávez Frías -el sultán de la manipulación- se las ve duras para seguir engatusando a su pueblo con su oratoria populista. Putin tiene que hacer trampas electorales porque el pueblo ruso ya no traga ruedas de molino. Monsieur Sarkozy tiene que ponerse serio porque lo de Carla Bruni y la grandeur cool ya no cuela. El "milagro irlandés" era puja paja picada. El "bungabunga" de Berlusconi y el gobierno de las "tías buenas" han pasado a la historia. Mister Cameron tiene que enseñar sus cartas y decir que lo que defiende de verdad es el modelo de negocio de la City londinense, o sea, forrarse a punta del deficit spending y la especulación contra el euro. Gobernar a punta de mentiras y show business se hace cada vez más difícil.

Los publicistas han descubierto que lo de vender humo cuela cada vez menos. Los consumidores empiezan a comprar sólo lo que necesitan de verdad verdad, no lo que los publicistas dicen que necesitamos. El personal se aprieta el cinturón y muchos ya usan tirantes. Los editores de periódicos y los dueños de medios en general observan -atónitos- que su audiencia se lo monta en internet como le da la gana en redes sociales y demás inventos, crea sus propios contenidos y se comunica horizontalmente. Los dinosaurios de los carteles de la industria cultural ven que sus campañas contra lo que ellos llaman "piratería" no funcionan. La crisis va dejando un reguero de cadáveres del viejo marketing mentiroso y de la verborrea vacua...Como en Matrix, la gente tiene que escoger entre la pastilla azul y la roja.


Si Aristóteles y Socrátes vivieran, se irían juntos de copas para celebrarlo...Y yo con ellos. Lo que yo llamo la Oratoria 2.0 es tan vieja como Sócrates, tiene más de dos mil años. Habíamos perdido la batalla frente a los sofistas. Parece que por fin decir la verdad puede ser la mejor estrategia de comunicación.

10.12.11

Los ciudadanos y España en la nueva UE


Por Ramón Maceiras López
Esta nota fue concebida inicialmente como un intento de explicación para mi consumo personal sobre los acontecimientos del Consejo Europeo del 9 de diciembre. He decidido compartirla, con el ánimo de recibir comentarios y poner sobre el tapete el problema de cómo los ciudadanos podemos abordar la solución de nuestros problemas específicos en el actual y abrumador entorno de crisis. Me decidí a ello después de ver cómo casi 2.000 periodistas acreditados en Bruselas fueron incapaces de enterarse de lo que se estaba discutiendo en la reunión del Consejo Europeo. Sostengo desde hace tiempo la tesis de que el periodismo ha muerto. Los ciudadanos tienen más sentido de la realidad. Las redes sociales han dado cauce al periodismo ciudadano y a la construcción colectiva de la información. Esa es mi bandera. El caso es que hacer un mapa del territorio es condición básica para orientarse. Los invito a enriquecer ese mapa colectivamente. El que crea que tiene la razón en este momento tan complejo, adolece del vicio de la soberbia. Comienzo con algunas interrogantes.

¿Cómo nos afectan a los ciudadanos las resoluciones del Consejo Europeo celebrado el pasado 9 de diciembre? ¿Qué ha cambiado? ¿Cómo actuar en el nuevo entorno que se presenta? Nuestro lema actual de vida reza que el cambio está en marcha, es imparable y avanza rápidamente. Los acontecimientos en desarrollo apuntan en ese sentido. Actuar acertadamente y con sentido práctico en entornos de alta incertidumbre se convierte cada vez más en un modo de vida, en condición básica para la supervivencia. Circunstancia que nos acompañará durante mucho tiempo, según creo. La época de las seguridades y las certezas ha llegado a su final. Algunos políticos, empresarios, agentes sociales y ciudadanos lo van entendiendo. Muchos todavía se resisten al cambio. Gestionar el cambio es hoy tarea crucial para todos. También se acabó la era de esperar que los políticos resuelvan la papeleta y limitarnos a acudir a las urnas cuando toque.

He tenido que embridar mi tendencia natural de viejo periodista para tratar de explicarme lo acontecido en los últimos tiempos en el entorno mundial, europeo y español, con el fin de canalizar el cúmulo de información recibido hacia objetivos prácticos y no limitarlo al mero hecho de informar. En definitiva, ha sido esa la evolución personal de mi sanguínea vocación periodística. No pretendo que nadie la comparta. Sólo digo que es mi tendencia actual. En otra nota de este blog ya decía que no atraemos lo que queremos, sino lo que somos.

Como supongo que han hecho muchos, he seguido con atención lo que sucedió antes y durante la reunión del Consejo Europeo del pasado 9 de diciembre. Me propongo mantener la misma atención durante el período siguiente. He llegado a la conclusión de que más que otras anteriores, esta cumbre tiene consecuencias en nuestro modo de vida que se extenderán largamente hacia el futuro.

¿El fin del gasto deficitario en la zona Euro?

Para decirlo rápidamente, creo que la señora Merkel ha inducido un cambio drástico en la Unión Europea (UE) que se puede resumir en lo siguiente: austeridad y disciplina germánica en los presupuestos públicos de los países del euro, regla de oro fiscal de rango constitucional, sanciones de verdad para los incumplidores, cambios de fondo en los tratados que regulan la UE y una nueva arquitectura legal e institucional de la UE. Parece ser el RIP del deficit spending en la eurozona. Aunque todo eso está aún por concretarse y su realización llevará su tiempo. Pero las líneas maestras están bastante perfiladas. La anquilosada, excesivamente bien pagada, delictuosamente influida por los múltiples lobbys de poder, e inútil burocracia europea resiente el hecho de que los jefes de Estado y de gobierno hayan decidido tomar las riendas del manejo de la crisis bajo la batuta alemana. Sin embargo, el desarrollo de los reglamentos y la redacción de los tratados seguirá en manos de los euroburócratas...Déjame a mi el desarrollo de los reglamentos, dice el diablo.

Abrigo serias dudas sobre la muerte definitiva del gasto deficitario. La disciplina fiscal no ha sido la moneda corriente en la UE a lo largo de los últimos veinte años. La coordinación de políticas fiscales nunca se había ensayado y no hay mecanismos comunitarios para ejecutarla...También conocemos el gusto de determinadas corrientes políticas por el deficit spending. Sin embargo, parece ser que por lo menos un núcleo duro de los países más fuertes de la eurozona, encabezados por Alemania, han decidido transitar ese camino. Mariano Rajoy, como actor nuevo en el marco europeo, acaba de comprometer en Marsella su disposición para sumarse al núcleo duro del euro y asumir las políticas de la señora Merkel. Es probable que muchos de los firmantes del acuerdo emanado del Consejo Europeo del 9 de diciembre no estén dispuestos a cumplirlo. Así ha sido en el pasado. Además, los euroburócratas son expertos en diluir en palabrería inextricable y ambigua los acuerdos emanados de las cumbres políticas y en administrar a su leal saber y entender, presuntamente técnico, las directrices generales.

Cameron de la Isla

No obstante, algunos jefes políticos con mandato surgido de las urnas, especialmente la señora Merkel,  han decidido tomar las riendas. Y esa era una condición necesaria, aunque no suficiente, para empezar a ver la luz al final del túnel. Los mercados se pusieron alerta y desenfundaron sus armas. Y esa es una de las claves que explica la reacción del primer ministro inglés, David Cameron. La señora Merkel quiere embridar a los mercados con una serie de regulaciones en el territorio interior europeo. Eso que llaman los mercados, son un selecto grupo de personas que tienen sus oficinas en Nueva York, Hong Kong...y Londres. Sí, Londres. En la llamada City londinense. Cameron se presentó en Bruselas el pasado 9 de diciembre con el encargo de defender el negocio financiero de la City. Sí, así como suena. Sin trampas ni cartón. A calzón quitado, pues. El modelo de negocio de la City consiste en mantener inflada la burbuja de la deuda soberana, sin importar las consecuencias que esto pueda tener en la economía real y en la vida de las personas. Lo que le preocupa a Cameron es básicamente que no se apruebe la llamada tasa Tobin, impuesto que la señora Merkel y muchos ciudadanos queremos imponer a las transacciones financieras en el territorio europeo y mundial, amén de regulaciones de otra naturaleza, lo cual implicaría según estimaciones hechas por el diario español El Mundo, algo así como 40 mil millones de euros que provendrían del tinglado financiero de la City.


Cameron esgrimió el veto. Y esto es política, no economía. Lo novedoso es que esta vez no surtió efecto el perenne chantaje inglés con el veto. Curioso mecanismo político mediante el cual el Reino Unido viene bloqueando acuerdos que afectan al euro y a la regulación de los mercados financieros europeos, cuando la libra esterlina no se puede ver influida de la misma forma desde la Europa continental, ni desde la eurozona. En la trastienda de la reunión de Bruselas se le dijo a Cameron simplemente que si vetaba el acuerdo de los 27, Alemania impulsaría las medidas en el grupo de los 17 países que integran la eurozona. Era la ruptura, las famosas dos velocidades, el reacomodo de la eurozona, el sálvese quien pueda...El veto inglés quedó sin efecto práctico por arte de magia.

Pero la señora Merkel quería ser aún más drástica. La propuesta alemana inicial incluía el mecanismo de quita en la reestructuración de las deudas soberanas. Como se hizo en Grecia, la cual ha visto reducida su deuda en un 50% al precio de un duro programa de ajuste. La quita era el costo que tendría que asumir el sistema financiero por su avaricia especulativa en deuda soberana. Por fin, la banca pagaba algo. Extender el sistema de quitas a los países con abultada deuda soberana es una vía expedita para equilibrar la carga de las pérdidas e iniciar la reestructuración de la gigantesca deuda pública europea. De esta forma, los bancos empezarían a reparar los daños que habían causado. La presión fue inmensa. El señor Draghi, hombre de Goldman Sachs en el Banco Central Europeo, apretó. Y al final, la señora Merkel retiró de momento el mecanismo de quitas de la mesa de debate. Eso explica que a mediados de semana empezara a caer en picado la prima de riesgo, ese mecanismo infernal de chantaje permanente que poseen los mercados. Pero Cameron y los mercados querían más, como ya explicamos arriba.

Esto es una negociación a cara de perro y, al final, el sistema financiero obtuvo barra libre de crédito barato por parte del Banco Central Europeo (BCE), tasa al 1%, baja en el coeficiente de caja, aceptación de activos basura como aval para préstamos y plazos de 36 meses para devolver el dinero al BCE. Ya quisieran  muchos deudores hipotecarios, empresas y ciudadanos ver aliviados de esa manera sus problemas de liquidez en el caso de la deuda privada, la cual, en países como España, triplica el monto de la deuda soberana. Eso alivia, pero no resuelve el estrangulamiento del mercado interbancario. Como casi toda la banca europea está más o menos en quiebra técnica, no se prestan entre ellos y el mercado de liquidez estaba seco. El problema sigue siendo cómo fluye hacia la economía real la liquidez que abre el BCE... Pero esa es otra historia.

El otro punto en la negociación era el de los eurobonos. En este punto la señora Merkel fue inflexible. Los eurobonos y la disciplina fiscal son contradictorios. O una cosa o la otra, pero las dos al mismo tiempo no funcionan, digan lo que digan los fundamentalistas del déficit spending. Una vez encaminada la disciplina fiscal, quedó abierta la opción de los eurobonos para el remanente que quede de deuda por reestructurar, pero no antes. Europa es así...

Cuando la política toma el timón con visión de largo plazo y medidas prácticas, los mercados entran en cintura y los euroburócratas representantes de los lobbys ceden el paso, aunque sea de momento. El mecanismo de control de todas estas políticas estará por algún tiempo en las reuniones mensuales intergubernamentales de los jefes de estado y de gobierno de la UE. Esta es una baza que gana Sarkozy, muy preocupado porque tiene elecciones en Francia en el mes de marzo y heredero de la alergia francesa al control de los euroburócratas. Alergia que compartimos muchos. Queda pendiente la compleja y larga negociación sobre la refundación de la UE sobre nuevas bases. Pero la novedad es que la señora Merkel ha decidido encabezar el gabinete de crisis con una receta simple: lo que hay es lentejas, las tomas o las dejas. El Reino Unido dice de momento que prefiere los riñones al Oporto. Aunque está por ver por cuanto tiempo. También la señora Thatcher se apartó del Acta Única en 1985 y el UK se incorporó después, de la mano de Tony Blair.

Salida de la crisis y actitud ciudadana

Para ir concluyendo, y para responder a las preguntas que inician esta nota, podemos decir que parece abrirse por fin el camino para salir de esta ya larga crisis. Después de dos años de tormentas que han hecho naufragar a cinco gobiernos europeos, parece abrirse un clima de mayor estabilidad política y horizonte de largo plazo. Queda por resolver un problema clave: ¿cómo reactivar la economía, el empleo y el flujo de crédito a empresas y personas? En el documento emanado de la cumbre del 9 de diciembre se coloca esto como asunto prioritario, aunque no se detallan medidas específicas que dependen de la realidad concreta de cada país. Todavía quedan años duros. Esto está en pleno desarrollo.

La crisis ha destruido una tremenda cantidad de riqueza. Ha resultado que era riqueza sobre el papel, no real, aunque generaba lo que los economistas llaman el efecto riqueza. Ahora que se han desintegrado billones de euros, la gente se siente más pobre. Hemos descubierto que somos más pobres y no podemos seguir gastando al mismo ritmo. Eso sucede en Europa y Estados Unidos. La ficción contable creada por las burbujas bursátil, inmobiliaria y de deuda pública se ha esfumado...Culmino como comencé...¿Salimos a la calle a presionar por mantener el ritmo de endeudamiento público, pagando cada vez más por los préstamos, o asumimos un severo ajuste en las economías familiares, empresariales y públicas? ¿Dónde no se debe recortar en lo público? ¿Cederán sus privilegios las distintas castas que amamantan del tesoro público? ¿Nos decidiremos los ciudadanos a participar activamente en la gestión de los asuntos públicos, o seguiremos confiando nuestra suerte a políticos y burócratas negligentes? ¿Volvemos a la economía real y productora de riqueza concreta, o seguimos inflando burbujas, autoengañados con riqueza fácil y a corto plazo? That´s the question, como decía el gran Shakespeare...

7.12.11

Redes sociales: poder ciudadano con un click

Por Ramón Maceiras López
Enviar y recibir correos electrónicos, participar en redes sociales y leer noticias en internet son, en ese orden, las principales ocupaciones de los usuarios españoles en internet. Así lo mide la más reciente oleada (octubre-noviembre) del Estudio General de Medios (EGM), hecho público en diciembre de 2011.

La encuesta viene a expresar la consolidación de un cambio contundente en los usos de internet por parte de los internautas españoles y tiene consecuencias importantes para todos, especialmente para la industria de la prensa en papel, para la industria cultural y para la actividad política y social en particular.

Para no abrumar con datos estadísticos, resaltaremos sólo los siguientes: el 87, 8% usa la red para enviar y recibir correos electrónicos; el 53,3% para leer noticias de actualidad; y el 52,4% para participar en redes sociales. El 41,3% hace ya transacciones bancarias por internet; el 36,4% consume vídeos; el 34,4% escucha música; un 18,8% participa en juegos en red; y se incrementa el uso de la red para hacer llamadas telefónicas (9,6%).

La red tiene en España una penetración del 57,6%, lo que equivaldría a casi 23 millones de usuarios, de los cuales un 73,7% usa cualquiera de esos servicios diariamente. Tiende a equilibrarse el uso por sexo, aunque el 54,8% son hombres y el 45,2 son mujeres. El 74,% de los usuarios oscila entre los 20 y los 54 años.  El 83% son de clase media. El 14,2% son de clase alta. Y las clases bajas apenas participan de la red. El 89,5% accede a internet desde su casa; y el 20% confiesa hacerlo desde su trabajo.

La gran novedad del estudio reside en el incremento exponencial del uso de las redes sociales por parte de los internautas españoles. En febrero del 2010, sólo el 27,3% participaba en redes sociales. En octubre del 2011 ya lo hace el 52,4%. Un crecimiento de casi el cien por ciento en un año y medio.

Las redes sociales consumen cada vez más el tiempo que pasan los internautas en la red. Siguen siendo las más populares Facebook y Twitter. Aunque las redes se diversifican cada vez más en función de los intereses de los usuarios. El crecimiento de Twitter es el más espectacular en España. En diciembre de 2009 había 1,5 millones de usuarios únicos. En diciembre de 2010 casi se duplica, hasta los 2,8 millones de usuarios únicos. Las cifras de diciembre de 2011 tienen que arrojar un crecimiento espectacular, a tenor de los acontecimientos llamativos de este año. En diciembre de 2010, Facebook tenía 16, 5 millones de usuarios únicos en España. Es obvio que esa cifra se incrementará en el próximo rating que aparecerá en este diciembre de 2011.

Aunque el uso de la redes sociales es diverso, en los últimos meses se han producido tres acontecimientos que apuntan a un uso cívico y democrático por parte de los internautas españoles. Me refiero al boicot a la telebasura protagonizado por el deleznable programa La Noria, de Tele 5, la respuesta social al indulto presidencial al banquero Alfredo Sáenz y el frenazo al reglamento de la Ley Sinde la semana pasada.

Desde las redes sociales se desarrolló una campaña de repudio a La Noria que generó una deserción en masa de los anunciantes de ese programa y obligó al canal televisivo a moderar, de momento, los contenidos de tan lamentable producto. Desde algunos blogs muy seguidos, desde Facebook  y Twitter se desató una ola de repudio que ha tenido consecuencias serias para los programadores de la parrilla televisiva. El indulto presidencial concedido a un banquero sentenciando en firme por el Tribunal Supremo español desató una ola de rechazo contra el gobierno en funciones de José Luis Rodríguez Zapatero. Y la campaña en Twitter con los hashtag #cuatrotuiteros y #leysindeno frenó los intentos del Consejo de Ministros español de aprobar in extremis un reglamento repudiado ampliamente por toda la comunidad internauta española.

Las redes sociales ya no son sólo un juguete para pasar las horas muertas. Los ciudadanos están empezando a descubrir que desde su ordenador o su teléfono móvil pueden influir decisivamente en el desarrollo de acontecimientos políticos y sociales. La casta política está alarmada y los dueños de los medios de comunicación tradicionales y la anquilosada industria cultural ven peligrar su hegemonía en cuanto a la dictadura de los contenidos. Las redes sociales empiezan a ser un jugador decisivo en la regulación de los usos verticales, arbitrarios y abusivos del poder en cualquiera de sus manifestaciones. Al mismo tiempo, las redes generan sus propios contenidos, adaptados verdaderamente a su gusto. Desde las consultorías de manipulación se generan ya toda clase de estratagemas y teorías burdas para frenar la ola de participación horizontal y cívica que se despliega desde las redes sociales.

Sin embargo, el cambio está en marcha, es imparable y avanza rápidamente.

2.12.11

En defensa de los derechos fundamentales en internet


Ante los reiterados intentos de aprobar en España modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de Internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que…
1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.
2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.
3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.
4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.
5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.
6.- Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.
7.- Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.
8.- Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.
9.- Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.
10.- En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.
Este manifiesto, elaborado de forma conjunta por varios autores, es de todos y de ninguno. Si quieres sumarte a él, difúndelo por Internet.

Toda la información sobre el proceso que llevó a la elaboración de este manifiesto puede leerse en esta enlace:
http://es.wikipedia.org/wiki/Manifiesto_%C2%ABEn_defensa_de_los_derechos_fundamentales_en_internet%C2%BB

29.11.11

La era del periodismo 2.0


Comienzo con la presente nota una serie de reflexiones sobre el oficio de periodista y el futuro del periodismo en la era digital. El periodismo 2.0, pues.

Por Ramón Maceiras López
La irrupción de las nuevas tecnologías ha tenido un impacto profundo en el mundo de la información y la comunicación. El negocio periodístico ha sido torpedeado en su línea de flotación. La profesión de periodista ha sufrido un cambio trascendental en su relación con la sociedad. La prensa de papel languidece a pasos agigantados. Las cifras de circulación de la prensa de papel, el consumo de la radio clásica, caen en picado. Sólo se mantiene la televisión, pero la tendencia es que los jóvenes abandonan la "caja tonta" en masa y dirigen su atención a internet y las redes sociales. La tele está quedando como juguete pasivo de los mayores de 45 años en el mundo desarrollado.

El estatus y la labor de los periodistas cambian a pasos exponenciales y en el gremio sólo se escuchan nostálgicos lamentos corporativos por los viejos tiempos, maldiciones por la irrupción del periodismo ciudadano y atrincheramiento con las posiciones de los editores y los dueños de medios. La disputa entre información gratuita e información de pago se inclina, de momento, a favor de la primera. Periodistas y dueños de medios claman al cielo:  ¡Maldito internet!

Los periodistas fueron durante casi dos siglos intermediarios privilegiados entre los ciudadanos y el poder. En la medida en que los medios de comunicación fueron ganando influencia en las sociedades democráticas, los periodistas fueron incrementando su estatus social, y su labor de "intermediarios" o "interpretadores" de los acontecimientos consolidó una profesión y una función social. Todo eso empezó a cambiar hace más o menos dos décadas. En un primer momento, el papel de los medios fue cuestionado por cada vez más ciudadanos. El periodismo serio empezó a dejar paso al show bussiness. En segundo lugar, la irrupción de las nuevas tecnologías en general, y de las redes sociales, en los últimos años, ha roto el monopolio de medios y periodistas como intermediarios sociales.

Las redes sociales dieron cauce al "periodismo ciudadano". Desde las comunidades en red, los ciudadanos montaron su propia agenda setting. El coste marginal cero de crear un blog, una cuenta en Twitter, Tuenti, Facebook, Flick diversos foros sociales y múltiple inventos, facilitó un cauce creativo en el que la necesidad de intermediarios profesionales desapareció por arte de magia. Como en el cuento, alguien gritó que el rey estaba desnudo y las mayorías vieron la luz y pusieron manos a la obra. Hay miles de bloggers y twitteros en todo el mundo que tienen más visitas diarias que la circulación conjunta de toda la prensa de papel de un país.

Cundió el pánico en la prensa de papel y en los diversos medios. Y se lanzaron a internet con la ceguera que los caracteriza: a tratar de reproducir en la red lo mismo que hacían en los medios tradicionales. Por supuesto, tal apuesta no ha funcionado.

La sociedad pide transparencia, acceso directo a las fuentes, compartir la información, horizontalidad en el tú a tú y, de momento, se inclina por la gratuidad. El monopolio de los intermediarios profesionales de la información se ha roto y, todo parece indicar, que para siempre. Los ciudadanos construyen su propia información al margen de los medios tradicionales. Pasan del principio de jerarquización de los intermediarios en cuanto a qué es importante y qué no lo es. En los medios digitales se comentan las noticias, se amplían, se hacen comentarios sarcásticos y se engorda la información. Construir una noticia se ha convertido en un trabajo con valor añadido social, participativo, igualitario y transparente. Los esclerotizados gabinetes de comunicación del establishment no se dan abasto. Sus intentos de manipulación y sus iniciativas de marketing se estrellan contra unos usuarios de redes sociales que se lo montan a su gusto. Los usuarios deciden qué es importante, cuándo, cómo y dónde. Y deciden a quién siguen y a quién no. Articulistas y tertulianos tarifados ven peligrar su hegemonía y se enfrentan a la indiferencia o al insulto abierto en las redes sociales: ¡Maldito internet, hay que controlarlo!

Las agencias de publicidad y las centrales de medios han seguido el proceso con atención. Las cifras de circulación e impacto que se difundían no eran creíbles. De nuevo, el rey estaba desnudo. Hoy se puede saber cuál es el verdadero alcance e impacto de un anuncio en internet gracias a la tecnología. La publicidad se está dirigiendo abiertamente hacia internet. En España, la inversión publicitaria en la red ya supera a la de la radio y se acerca al punto de cruce con la prensa de papel. En internet no hay engaño. Se cobra por tráfico real, por clicks en anuncios y, en algunos casos, por venta real. La influencia está pasando de unas manos a otras. El viejo modelo de negocio basado en la publicidad y en el cobro de la información hace aguas por todas partes.

Los consumidores de información y opinión se han dado cuenta del poder que tienen y lo ejercen sin melindres. Y esto apenas está empezando. La profesión de periodista y el modelo de negocio de los medios tradicionales se enfrentan a una encrucijada. El cambio ya comenzó en los medios...Seguiremos escribiendo sobre el tema.

Ramón Maceiras López es periodista profesional desde hace 27 años. Ha sido redactor, jefe de información, jefe de redacción, subdirector, director y asesor editorial de medios impresos, agencias de noticias en radio y gabinetes de comunicación en España y Venezuela. Actualmente se dedica a la consultoría en comunicación y a la gestión del cambio.

23.11.11

Los mercados tampoco son de derecha

Eso que llaman "los mercados financieros" no son de derecha ni de izquierda. Como bien saben Berlusconi, Papandreu, Sócrates, Berti Ahern  y Zapatero, primeros ministros defenestrados en este último año de tormenta europea por la crisis de la deuda pública. El sistema financiero de la deuda funciona de manera automática y ciega. Lo que importa a los mercados es que la deuda se pague a tiempo y al máximo interés posible. Para lograr eso, los mercados tienen un arma poderosa: el mecanismo de la calificación de deuda. 

La reducción de la solvencia de un país deudor hace que se dispare la prima de riesgo y se incremente el tipo de interés. Ese cálculo, contrariamente a lo que dicen muchos economistas, no tiene base científica, sino que está anclado en el cálculo de expectativas y la anticipación sobre los movimientos de los actores políticos y económicos. En la economía de las finanzas priman hoy sobre todo factores subjetivos y de orden práctico, por encima de otras consideraciones.

Pecan de ingenuidad los que esperaban que la victoria de Mariano Rajoy el pasado 20-N en España funcionaría automáticamente como un amortiguador de la presión de los mercados y del dúo Merkozy. A los mercados les importa poco que un gobierno sea de derecha, de izquierda, o de centro. Lo único que esperan es que ese gobierno pague la deuda y tome las medidas respectivas para que los préstamos sean satisfechos en los plazos respectivos. Ese mecanismo endiablado sólo puede ser manejado desde la política, con mayúsculas. Me reservo para otro post lo que quiero decir con eso.

Lo mercados financieros no son una abstracción. Son, más o menos, unos 2.500 jefes ejecutivos de bancos, fondos de pensiones, fondos de alto riesgo y similares, que deciden en qué invertir una inmensa masa dineraria proveniente de los ahorros y las inversiones de cientos de millones de personas en todo el mundo. Cierran su ejercicio fiscal el 31 de agosto. Ahí es cuando deciden vender a la baja o la alta para recoger beneficios, y se van de vacaciones. En septiembre, revisan lo hecho y vuelven a lo mismo. Llevan más de 300 años haciéndolo de esa manera. Y es ya tradicional que los cracks bursátiles sean siempre en verano o a principios de otoño. Ahora en diciembre, cierran el ejercicio del último trimestre del año. Cada tres meses, esos altos ejecutivos son sometidos por sus accionistas a un estricto test de rentabilidad. Ellos, pobrecitos, también pueden perder su trabajo, porque los millones de accionistas quieren beneficios por su inversión.

Me fastidia decirlo, pero muchos de los que se quejan por las presiones que ejercen los mercados sobre sus gobiernos tienen el dinero de sus fondos de jubilación u otras inversiones en esos instrumentos financieros. Y quieren beneficios. Un ejemplo lejano para no herir suceptibilidades: la calificadora de riesgo Standar and Poors es propiedad del fondo de pensiones de los profesores de Québec. Estos trabajadores quieren beneficios por invertir el dinero de su vejez. Les recomiendo que averigüen en qué se invierte el dinero de sus fondos de pensión. Probablemente descubran que están invertidos en títulos de la deuda soberana de muchos países. Así se abrió una nueva burbuja financiera.

Personalmente creo que esa deuda soberana es impagable tal como está montado el asunto hoy por hoy...Y aquí adelanto algo de lo que quiero decir cuando expreso que la solución al problema es de tipo político.

15.11.11

La hora de los gobiernos "fuertes"


Por Ramón Maceiras López
Entendemos por "fuerte" un gobierno que obtenga un gran respaldo popular en las urnas. Que obtenga un mandato claro de los ciudadanos para afrontar la crisis. En segundo lugar, ese gobierno "fuerte" tiene que formular un Plan de Gobierno inmediato, pragmático y con mucha cintura táctica. No es la hora de las recetas ideológicas. Tanto los modelos keynesianos como liberales a ultranza han sido superados por esta crisis que no se parece a ninguna otra en el pasado. Tercero, ese gobierno "fuerte" necesita tener una gran sensibilidad social. Mirar menos a los bancos y las finanzas y más a la política, más hacia las necesidades de los ciudadanos. Y cuarto, un gobierno "fuerte" tiene que hablarle con la verdad a los ciudadanos y ponerse al frente del proceso de gestión de los cambios colectivos e individuales que necesitamos para salir de esta crisis. 

¿Y todo esto para qué? La misión es salir de la crisis. El esfuerzo es individual y colectivo. No esperamos a un Mesías que resuelva los problemas y abra el grifo del maná. Necesitamos un liderazgo que oriente el camino y abra juego para que la sociedad actúe y se labre su propio destino. El futuro está abierto.

Esas cuatro características: amplio respaldo popular; pragmatismo, acción rápida y flexibilidad táctica; sensibilidad social,  y voz clara y liderazgo para gestionar el cambio, son imprescindibles hoy para poder enfrentar las maniobras de eso que llaman los mercados, el dictak del dúo Merkozy y la inercia social. En definitiva, eso se llama "hacer política" en el sentido clásico del término. Soy de la opinión de que para salir de esta crisis la economía debe subordinarse a la política. Los gobiernos tienen mecanismos políticos para hacer que la economía entre en cintura. Han sido muchos años de abandono de responsabilidades por parte de la política lo que ha conducido al desmadre de hoy en la vida económica. Los técnicos tienen que ser dirigidos por la política. Los gobiernos tecnocráticos durarán poco. Los economistas y muchos técnicos de otras disciplinas son expertos en explicarnos en medio de la crisis por qué no funcionaron sus magníficos modelos de papel. El abordaje de problemas complejos exige hoy visiones transdisciplinarias.

Tengo la percepción de que los ciudadanos han entendido esto, por lo menos en lo esencial. Y percibo también que los ciudadanos ya no concederán la famosa "luna de miel". No habrá cien días. A lo mejor no habrá ni cien horas. Esta crisis ya ha arrasado a cinco gobiernos europeos. Los respaldos masivos se pierden rápidamente y abren paso a la inestabilidad política y a la dictadura de los mercados.

Finalizamos advirtiendo contra los "enjuagues" políticos. Se ha tratado de introducir el contrabando de los presuntos gobiernos de "concentración", "unidad" y demás trapisondas. El intercambio de cromos ya no será soportado por los ciudadanos. Que funcione la democracia. En muchos países europeos, y España no es la excepción, una buena parte de la oposición está hoy en la calle y fuera de unos parlamentos que no representan a las grandes mayorías...El que no entienda esto perderá rápidamente el apoyo popular. En la calle hay ya muchos líderes que están emprendiendo el cambio en sus respectivos ámbitos de acción y no esperan por nadie.

La tarea de gestionar el cambio es gigantesca. La política tiene que volver a dirigir la vida social y económica. No esperamos milagros. Queremos que empiece el cambio de verdad.

10.11.11

Llegó la hora de hablar claro

Es hora de hablar claro. Muchos de los más de cinco millones de parados que hay en España tienen un porvenir laboral difícil en los próximos cinco años. La recuperación del empleo llevará su tiempo. Con el déficit actual del Estado, las administraciones públicas no podrán absorber nunca esa mano de obra y tendrán incluso que reajustar sus plantillas a la baja. El sector privado tardará en recuperarse de la escabechina que ha sufrido en los últimos años.

Es obvio que los servicios sociales tendrán que encargarse de aliviar la carga de muchas familias de parados en los próximos tiempos. Esos presupuestos no pueden ajustarse. Al igual que los de salud y educación. Pero es casi una obviedad decirle a los jóvenes y a los parados de más de 45 años que el sueño de ser funcionario, con trabajo fijo y jubilación segura se ha esfumado. La emigración tampoco es la salida. Me parece criminal la campaña que desde algunos sectores se ha desplegado para invitar a los jóvenes a que emigren. ¿A dónde emigrar en un mundo en crisis? ¿Por qué hacerlo más difícil alejándose de la familia en estos momentos tan duros? ¿Por qué renunciar a desarrollar tu vida en tu propio país y rodeado de los tuyos? ¿Es que vamos a repetir la trágica experiencia española de la emigración durante el siglo XX? Como hijo de emigrantes maldigo desde aquí a los que incitan a la juventud a que se marche.

Lo que esperamos del nuevo gobierno que se implantará en España es que cambie el marco para que la actividad emprendedora se pueda desenvolver con una regular posibilidad de éxito. Esperamos que el nuevo gobierno deje de vampirizar la liquidez de bancos y cajas financiando su déficit y canalice una parte de esos recursos hacia la iniciativa emprendedora y a sostener los servicios sociales en esta etapa de urgencia. Esperamos que los fondos de formación se dirijan a dotar a esos emprendedores de las nuevas capacidades que necesitan para desarrollar con las herramientas adecuadas su actividad y se acaben las corruptelas y el clientelismo en esa área clave.

Y todos tenemos que reajustar nuestras expectativas. La creatividad, el esfuerzo y la iniciativa son las claves para salir de la crisis. Junto a la solidaridad y el apoyo de las administraciones públicas. Tardará tiempo y será duro. Lo individual y lo colectivo tendrán que engarzarse y multiplicar los resultados. No es tiempo del ¡sálvese quien pueda! o la lucha corporativa para mantener los privilegios. Me gustaría escuchar en la campaña electoral  un mensaje más claro, menos demágogico y más motivador. Lo que necesitamos oír son planes de gobierno concretos, no proclamas ideológicas o programáticas para mantener clientes electorales.

Los potenciales emprendedores deben prepararse, adquirir las herramientas adecuadas, apoyarse en las asesorías que hoy existen para llevar su propuesta por buen camino. Hay que aprender cosas nuevas y dejar de llorar. Como le decía Churchill al pueblo británico en su famosa alocución de 1940: sólo puedo prometer  sudor, lágrimas y sangre...El resto es pura demagogia barata.

7.11.11

El diktat del dúo Merkozy


El dúo Merkozy (Merkel y Sarkozy) ya se ha cargado a cuatro gobiernos europeos. Los primeros ministros de Irlanda, Portugal, Grecia y España han tenido que convocar elecciones anticipadas y perderlas para satisfacer los planes de ajuste que se imponen desde Berlín y París. Ahora van por Berlusconi. Dictan cátedra, deciden quién lo hace bien y quién lo hace mal, le leen la cartilla a tododiós, y todo por mantener los beneficios de los bancos alemanes y franceses, que se dedicaron a hacer negocios suculentos con los papeles de deuda de los gobiernos europeos cuando los tiempos iban mejor. Cómo ya sabemos los que tenemos alguna edad, los bancos te ofrecen el paraguas cuando hace sol, y te lo quitan cuando llueve.

Finanzas y política cogidas de la mano como nunca. El único que se atrevió fue Papandreu, pero no tuvo el coraje para llevar a cabo el referéndum. Ahora ha sido apartado del gobierno. Sin embargo, quedó claro que el dúo Merkozy le teme a la opinión popular.

Yo nos los elegí. Ni tampoco a la burocracia europea que decide el futuro de cientos de millones de personas en reuniones donde los lobbys de presión cuidan sus intereses, con políticos predispuestos a la "mordida".

Desde este humilde blog, le pregunto a D.Mariano Rajoy, presidente de Gobierno in pectore, si el abrumador voto de respaldo que obtendrá en las urnas el 20-N servirá para frenar las apetencias del dúo Merkozy, o si tendré que mudarme para Berlín o París, hacerme ciudadano de uno de esos países, y votar por los que verdaderamente mandan en Europa.

Los más irónico del caso es que ni la señora Merkel ni el señor Sarkozy tienen seguro que se mantendrán en sus puestos de mando ante los procesos electorales que se avecinan en sus países.

2.11.11

¿Soy demasiado optimista, señor Rajoy?


El uso de la palabra "cambio" y el concepto que implica ha estado vinculado a verdaderas transformaciones en la sociedad española y en un entorno de crisis económica e incertidumbre política y social. En el momento actual, el cambio no se puede limitar sólo a la movilización electoral de los ciudadanos. En el fondo, el llamado apunta a un cambio crucial en cuanto a los paradigmas, usos y costumbres de la sociedad española.

Desde aquél slogan "Por el cambio", utilizado por Felipe González en la campaña de 1982, hasta el actual "Empieza el cambio", "Súmate al cambio" de Mariano Rajoy, el concepto ha sido utilizado reiteradamente en la política española. El mismo Zapatero lo usó al hacerse con la secretaría general del PSOE en 2002: el "cambio tranquilo". Y Aznar lo utilizó también para ganar las elecciones en 1996. CiU lo manejó en noviembre del 2010 en Cataluña: "Comença el canvi".

No basta en este caso con introducir la papeleta electoral el 20-N. La movilización social exige de los ciudadanos un esfuerzo colectivo que implica reactivar la energía emprendedora, erradicar la pasividad social expresada en esperar que el maná baje de las arcas del Estado para sostener un "estado del bienestar" mal entendido, y extirpar el cáncer que implican las distintas castas de privilegiados que medran a la sombra de los presupuestos públicos.

Reactivar el espíritu emprendedor tardará por lo menos una generación. La idea del empleo público para toda la vida, la jubilación anticipada y el apego al "dolce far niente", alimentan los sueños de una mayoría de jóvenes. El crédito barato para consumir toda clase de cachivaches innecesarios, pagar pantagruélicas comilonas para bodas, bautizos y similares, financiar vacaciones de lujo en exóticos parajes, engordar activos inmobiliarios...Eso ya se acabó.

Vienen años duros. En el fondo tengo la impresión de que una buena parte de la ciudadanía entiende esto. Aunque se les escapa la verdadera dimensión de la crisis. Otros no se quieren enterar porque esperan una suerte de milagro. Y otros, por último, sí conocen muy bien la gravedad de la situación pero luchan con uñas y dientes para salvaguardar los privilegios que disfrutan.

Deespués del 20-N vendrá lo importante: gestionar el cambio. Un cambio colectivo de creencias y actitudes es una tarea sumamente compleja. Los tiempos de la política son muy cortos para completar tal hazaña. Las resistencias al cambio no se harán esperar. Ya las vemos por todas partes.

Sin embargo, la crisis puede servir de acicate. Soy de los que piensan que es posible. El cambio colectivo empieza por las personas individuales. Espero que la campaña electoral arroje luz sobre los cambios de creencias y actitudes necesarios para salir de la crisis.

¿Soy demasiado optimista, señor Rajoy?

17.10.11

Pensar la crisis, gestionar el cambio: Sloterdijk y Zizek

La idea del cambio es la bandera de este blog. Gestionar el cambio es lo complicado. Aún no se ha hecho el diagnóstico adecuado y la dirección y el sentido del cambio global es hoy materia de debate en todo el mundo occidental. El movimiento de los indignados y millones de personas en el mundo recogen ese ánimo colectivo por mudar el actual estado de cosas. Las redes sociales arrojan como un volcán toda clase de posturas, recetas y salidas. Dos de los filósofos occidentales más populares y filosos en su análisis debatieron este año sobre la crisis en las páginas de Le Monde, entrevistados por el periodista Nicolas Truong.  La filosofía vuelve a encontrar su camino y su utilidad en el análisis de los problemas reales, como demuestran en esta entrevista Peter SloterdijkSlavoj Zizek. Al final les dejo un enlace para los que quieran leer el original en francés. La traducción que presento es de Cristina Sardoy y fue publicada en la revista Ñ, del diario Clarín. Les recomiendo la lectura concienzuda de esta pieza. Ahí va.


Por primera vez desde 1945, la idea de porvenir está en crisis en Europa. Y a Occidente le cuesta creer en el progreso, como lo muestran estas nuevas generaciones que ya no imaginan que vivirán mejor que sus mayores. Desafección política, crisis económica o crispación identitaria: ¿podemos hablar, para ustedes, de una crisis de civilización?

Peter Sloterdijk: ¿Qué queremos decir cuando empleamos el término “civilización occidental”, en la cual vivimos desde el siglo XVII? En mi opinión, hablamos de una forma de mundo creada en base a la idea de una salida de la era del apego al pasado. La primacía del pasado se rompió: la humanidad occidental inventó una forma de vida inaudita fundada en la anticipación del porvenir. Esto significa que vivimos en un mundo que se “futuriza” cada vez más. Creo, por ende, que el sentido profundo de nuestro “ser en el mundo” reside en el futurismo, que es el rasgo fundamental de nuestra forma de existir.
La primacía del porvenir data de la época en que Occidente inventó este nuevo arte de hacer promesas, a partir del Renacimiento, cuando el crédito ingresó en las vidas de los europeos. Durante la Antigüedad y la Edad Media el crédito no desempeñaba prácticamente ningún papel porque estaba en manos de los usureros, condenados por la Iglesia. El crédito moderno, en cambio, abre un porvenir. Por primera vez, las promesas de reembolsos pueden ser cumplidas o mantenidas. La crisis de civilización radica en lo siguiente: entramos en una época en la cual la capacidad del crédito de inaugurar un porvenir sostenible está cada vez más bloqueada porque hoy se toman créditos para reembolsar otros créditos. En otras palabras, el “creditismo” ingresó en una crisis final. Hemos acumulado tantas deudas que la promesa del reembolso en la cual se funda la seriedad de nuestra construcción del mundo ya no puede sostenerse. Pregúntenle a un estadounidense cómo imagina el pago de las deudas acumuladas por el gobierno federal. Su respuesta seguramente será: “Nadie lo sabe” y creo que ese no saber es el núcleo duro de nuestra crisis.Nadie en esta Tierra sabe cómo pagar la deuda colectiva. El porvenir de nuestra civilización choca contra un muro de deudas.

Zlavoj Zizek: adhiero totalmente a esa idea de una crisis del “futurismo” y de la lógica de crédito. Pero tomemos la crisis económica llamada de las subprimes de 2008. Todo el mundo sabe que es imposible pagar créditos hipotecarios, pero cada uno se comporta como si fuera capaz de hacerlo. Yo a eso lo llamo en mi jerga psicoanalítica, una denegación fetichista: “Sé perfectamente que es imposible, pero de todos modos voy a tratar…” Sabemos muy bien que no podemos hacerlo, pero actuamos en la práctica como si pudiéramos hacerlo. Sin embargo, emplearía el término “futuro” para designar lo que Peter Sloterdijk llama el “creditismo”. El término “porvenir”, por otra parte, me parece más abierto. La fórmula no future es pesimista pero la palabra “porvenir” es más optimista. Y aquí no estoy tratando de dar un nuevo impulso al comunismo de Marx que está emparentado, efectivamente con un creditismo desmesurado. Para caracterizar nuestra situación, económica y política, ideológica y espiritual, no puedo dejar de recordar una historia probablemente apócrifa. Se trata de un intercambio de telegramas entre los estados mayores alemán y austríaco durante la Gran Guerra. Los alemanes habían enviado un telegrama a los austríacos diciéndoles: “Aquí, la situación en el frente es seria pero no catastrófica” y los austríacos respondieron: “Aquí, la situación es catastrófica pero no seria”. Y eso es lo catastrófico: no podemos pagar las deudas pero, en cierta forma, no lo tomamos en serio. Además de ese muro de deudas, la época actual se acerca a una suerte de “grado cero”. En primer lugar, la enorme crisis ecológica nos impone no continuar en esta vía político-económica. Segundo, el capitalismo, como sucede en China, ya no está naturalmente asociado a la democracia parlamentaria. Tercero, la revolución biogenética nos impone inventar otra biopolítica. En cuanto a las divisiones sociales mundiales, crean las condiciones de explotaciones y alzamientos populares sin precedente. La idea de lo colectivo también se ve afectada por la crisis.

¿Cómo volver a dar sentido a lo “común” en la hora del individualismo desenfrenado?

S.Z.: Aunque debemos rechazar el comunitarismo ingenuo, la homogeneización de las culturas, igual que ese multiculturalismo en que se ha convertido la ideología del nuevo espíritu del capitalismo, debemos hacer dialogar las civilizaciones y los individuos singulares. A nivel de los particulares, hace falta una nueva lógica de la discreción, de la distancia, de la ignorancia incluso. En la medida en que la promiscuidad se ha vuelto total, es una necesidad vital, un punto crucial.
A nivel colectivo, es necesario, efectivamente inventar otra forma de articular lo común. Ahora bien, el multiculturalismo es una falsa respuesta al problema, por un lado porque es una suerte de racismo denegado, que respeta la identidad del otro pero lo encierra en su particularismo. Es una suerte de neocolonialismo que, a la inversa del colonialismo clásico, “respeta” las comunidades, pero desde el punto de vista de su postura de universalidad. Por otra parte, la tolerancia multicultural es una engañifa que despolitiza el debate público, remitiendo las cuestiones sociales a las cuestiones raciales, las cuestiones económicas a las consideraciones étnicas. Hay también mucho angelismo en esta postura de la izquierda posmoderna. Es así como el budismo puede servir para legitimar un militarismo extremo: en los años 1930-1940, el establecimiento del budismo zen no sólo apoyó la dominación del imperialismo japonés sino que incluso lo legitimó. Utilizo deliberadamente el término “comunismo”, pues mis problemas en realidad son los bienes “comunes” como la biogenética y la ecología.

P.S.: Es necesario encontrar la verdadera problemática de nuestra era. El recuerdo del comunismo y de esa gran experiencia trágica de la política del siglo XX nos recuerda que no hay una solución ideológica dogmática y automática. El problema del siglo XXI es la coexistencia en el seno de una “humanidad” convertida en una realidad, físicamente. Ya no se trata del “universalismo” abstracto de la Ilustración, sino de la universalidad real de un colectivo monstruoso que comienza a ser una comunidad de circulación real con probabilidades de encuentros permanentes y probabilidades ampliadas de colisiones.
Nos hemos convertido como partículas en un gas, bajo presión. La cuestión es de aquí en más el vínculo social dentro de una sociedad demasiado grande; y creo que la herencia de las presuntas religiones es importante, porque son las primeras tentativas de síntesis meta-nacionales y meta-étnicas. La sangha budista era una nave espacial donde todos los desertores de todas las etnias podían refugiarse. Del mismo modo, podríamos describir la cristiandad, suerte de síntesis social que trasciende la dinámica de las etnias cerradas y las divisiones de las sociedades de clases. El diálogo de las religiones en nuestra época no es otro que el reformateo del problema del “comunismo”. La reunión que tuvo lugar en Chicago en 1900, el congreso de las religiones mundiales, fue una forma de plantear la cuestión de nuestra actualidad a través de esos fragmentos, esos representantes de cualquier procedencia, los miembros de la familia humana que se habían perdido de vista después del éxodo africano… En la era de la concentración, hay que plantear y reformatear todo lo que se pensó hasta ahora sobre el vínculo de coexistencia de una humanidad desbordante. Por eso empleo el término “co-inmunismo”. Todas las asociaciones sociales de la historia son, efectivamente, estructuras de co-inmunidad. La elección de este concepto recuerda la herencia comunista. En mi análisis, el comunismo se remonta a Rousseau y a su idea de “religión del hombre”. Es un concepto inmanente, es un comunitarismo a escala global. Es imposible escapar a la nueva situación mundial. En mi libro, la diosa o entidad divina que aparece en las últimas páginas, es la crisis: es la única instancia que posee suficiente autoridad como para impulsarnos a cambiar nuestra vida. Nuestro punto de partida es una evidencia aplastante: no podemos continuar así.

S.Z.: Mi idea no consiste tanto en buscar un “co-inmunismo” como en revitalizar la idea de un verdadero comunismo. Pero, tranquilícense, se trata más del de Kafka que el de Stalin, más el de Erik Satie que el de Lenin. Efectivamente, en su último relato Joséphine la cantante o el pueblo de las ratas , traza la utopía de una sociedad igualitaria, un mundo con artistas, como esta cantante Joséphine, cuyo canto reúne, subyuga y deja pasmadas a las multitudes, y que es celebrada sin por ello obtener ventajas materiales.
Una sociedad de reconocimiento que mantiene lo ritual, revitaliza las fiestas de la comunidad, pero sin jerarquía ni gregariedad. Idem para Erik Satie. Sin embargo, todo parece alejar de la política al famoso autor de las Gymnopédies . El mismo declaraba componer una “música de amueblamiento”, una música ambiental o de fondo. Y no obstante fue miembro del Partido Comunista. De todos modos, lejos de escribir cantos de propaganda, él daba a escuchar una suerte de intimidad colectiva, justo lo opuesto a la música de ascensor. Y es esa mi idea del comunismo.


Para salir de la crisis, usted, Sloterdijk, opta por la reactivación de los ejercicios espirituales individuales, en tanto que usted, Zizek, insiste en las movilizaciones políticas colectivas y en la reactivación de la fuerza emancipadora del cristianismo. ¿Por qué tales divergencias?

P.S.: Yo propongo introducir el pragmatismo en el estudio de las presuntas religiones: esa dimensión pragmática obliga a mirar más de cerca qué hacen los religiosos, a conocer las prácticas interiores y exteriores, que se pueden describir como ejercicios que forman una estructura de personalidad. Lo que yo llamo el sujeto principal de la filosofía y la psicología es el portador de las series de ejercicios que componen la personalidad. Y algunas de las series de ejercicios que constituyen la personalidad pueden describirse como religiosas.
¿Pero qué significa esto? Se hacen ejercicios mentales para comunicarse con un partenaire invisible, son cosas absolutamente concretas que es posible describir, no hay nada de misterioso en eso. Creo que hasta nueva orden, el término “sistema de ejercicios” es mil veces más operativo que el término “religión” que remite a la santurronería estatal de los romanos. No debemos olvidar que la utilización de los términos “religión” “piedad” o “fidelidad” estaba reservada en tiempos de los romanos a los epítetos que llevaban las legiones romanas estacionadas en el valle del Rin y en todas partes. El privilegio más elevado de una legión era portar los epítetos pia fedelis , porque eso expresaba una lealtad particular al emperador en Roma. Creo que los europeos simplemente olvidaron lo que quiere decir religio . La palabra significa literalmente “diligencia”. Cicerón dio la etimología correcta: leer, legere , religere , es decir, estudiar atentamente el protocolo para organizar la comunicación con los seres superiores. Es, por ende, una suerte de diligencia o en mi terminología, un código de entrenamiento. Por esa razón creo que “la vuelta de lo religioso” sólo sería eficaz si pudiera llevar a prácticas de ejercicios intensificados. Por el contrario, nuestros “nuevos religiosos” no son, la mayoría de las veces, más que soñadores perezosos. Pero en el siglo XX, el deporte se impuso en la civilización occidental. No volvió la religión, reapareció el deporte, después de haber sido olvidado durante casi 1.500 años. No fue el fideísmo sino el atletismo el que ocupó el primer plano. Pierre de Coubertin quiso crear una religión del músculo en los primeros años del siglo XX. Fracasó como fundador de una religión, pero triunfó como creador de un nuevo sistema de ejercicios.

S.Z.: Considerar la religión como un conjunto de prácticas corporales ya existía en las vanguardias rusas. El realizador soviético Serguei Eisenstein (1898-1948) escribió un texto muy bello sobre el jesuita Ignacio de Loyola (1491-1556) como alguien que sistematizó algunos ejercicios espirituales. Mi tesis sobre la vuelta al cristianismo es muy paradójica: creo que solamente a través del cristianismo uno puede sentirse verdaderamente ateo.
Si consideramos los grandes ateísmos del siglo XX, se trata en realidad de una lógica totalmente distinta, la de un “creditismo” teológico. El físico danés Niels Bohr (1885-1962) uno de los fundadores de la física cuántica, recibió la visita de un amigo en su dacha . Este sin embargo se resistía a pasar la puerta de su casa por una herradura que estaba clavada -una superstición para impedir que entraran los malos espíritus. Y el amigo le dijo a Bohr: “Eres un científico de primer nivel, ¿cómo puedes creer en esas supersticiones populares?” “¡No las creo!” respondió Niels Bohr. “¿Pero entonces por qué dejas esa herradura?”, insistió el amigo. Y Niels Bohr tuvo esta respuesta excelente: “Alguien me dijo que da resultado aunque uno no crea”. Sería una imagen bastante buena de nuestra ideología actual. Creo que la muerte de Cristo en la cruz significa la muerte de Dios y que ya no es más el Gran Otro que mueve los hilos. La única forma de ser creyente, después de la muerte de Cristo, es participar en vínculos colectivos igualitarios. El cristianismo puede ser entendido como una religión de acompañamiento del orden de lo existente o una religión que dice “no” y ayuda a resistir. Creo que el cristianismo y el marxismo deben combatir juntos la marejada de nuevas espiritualidades así como la gregariedad capitalista. Yo defiendo una religión sin Dios, un comunismo sin amo.

El momento histórico que atravesamos parece estar signado por la ira. Una indignación que culmina en la consigna “¡Fuera!” de las revoluciones árabes o las protestas democráticas españolas. Ahora bien, según Zizek, usted Sloterdijk es demasiado severo con los movimientos sociales que a su criterio provienen del resentimiento.

P.S.: Hay que distinguir la ira del resentimiento. Hay toda una gama de emociones que pertenecen al régimen del thymos , o sea, al régimen del orgullo. Existe una suerte de orgullo primordial, irreductible, que está en lo más profundo de nuestro ser. En esa gama del thymos se expresa la jovialidad, contemplación benévola de todo lo que existe. Aquí, el campo psíquico no conoce trastorno. Si bajamos en la escala de los valores, es el orgullo de sí mismo.
Bajamos un poco más y es la vejación de ese orgullo lo que provoca la ira. Si la ira no puede expresarse, está condenada a esperar para expresarse más tarde y en otra parte, eso lleva al resentimiento, y así hasta el odio destructivo que quiere aniquilar el objeto del cual salió la humillación. No olvidemos que la buena ira, según Aristóteles, es el sentimiento que acompaña al deseo de justicia. Una justicia que no conoce la ira es una veleidad impotente. Las corrientes socialistas del siglo XIX y XX crearon puntos de recolección de la ira colectiva, algo justo e importante. Pero demasiados individuos y demasiadas organizaciones de la izquierda tradicional se deslizaron hacia el resentimiento. De ahí la urgencia de pensar e imaginar una nueva izquierda más allá del resentimiento.

S.Z.: Lo que satisface a la conciencia en el resentimiento es más perjudicar al otro y destruir el obstáculo que beneficiarme yo mismo. Nosotros los eslovenos somos así por naturaleza. Conocerán la leyenda en la que a un campesino se le aparece un ángel y le pregunta: “¿Quieres que te dé una vaca? ¡Pero cuidado, también le daré dos vacas a tu vecino!” Y el campesino esloveno dice: “¡Por supuesto que no!” Pero para mí, el resentimiento, no es nunca la actitud de los pobres. Más bien la actitud del pobre amo, como Nietzsche lo analizó tan bien. Es la moral de los “esclavos”.
Sólo que se equivocó un poco desde el punto de vista social: no es el verdadero esclavo, es el esclavo que, como el Fígaro de Beaumarchais, quiere reemplazar al amo. En el capitalismo, creo que hay una combinación muy específica entre el aspecto timótico y el aspecto erótico. Es decir, que el erotismo capitalista es mediatizado en relación a un mal timotismo, que engendra el resentimiento. Estoy de acuerdo con Sloterdijk: en el fondo, lo más complicado es cómo pensar el acto de dar, más allá del intercambio, más allá del resentimiento. No creo realmente en la eficacia de esos ejercicios espirituales que propone Sloterdijk. Soy demasiado pesimista para eso. A esas prácticas auto-disciplinarias, como en los deportistas, yo quiero agregar la heterotopía social. Por eso escribí el capítulo final de Vivre la fin des temps , donde vislumbro un espacio utópico comunista, refiriéndome a las obras que dan a ver y oír lo que podríamos llamar una intimidad colectiva. Me inspiro también en esas películas de ciencia ficción utópicas, donde hay héroes errantes y tipos neuróticos rechazados que forman verdaderas colectividades. Los recorridos individuales también pueden guiarnos. Suele olvidarse que Victor Kravtchenko (1905-1966), el dignatario soviético que denunció muy temprano los horrores del estalinismo en J’ai choisi la liberté y que fue ignominiosamente atacado por los intelectuales pro-soviéticos, escribió una continuación, J’ai choisi la justice , mientras luchaba en Bolivia y organizaba un sistema de producción agraria más equitativo. Hay que alentar a los Kravtchenko que emergen en todas partes, desde América del Sur hasta las orillas del Mediterráneo.

P.S.: Considero que usted es víctima de la evolución psico-política de los países del
Este. En Rusia, por ejemplo, cada uno carga sobre sus hombros con un siglo entero de catástrofe política y personal. Los pueblos del Este expresan esa tragedia del comunismo y no salen de ella. Todo eso forma una especie de vínculo de desesperación autógena. Yo soy pesimista por naturaleza, pero la vida refutó mi pesimismo original. Soy, por así decirlo, un aprendiz de optimista. Y en eso pienso que estamos bastante cerca uno del otro porque en cierto sentido recorrimos biografías paralelas desde puntos de partida radicalmente diferentes, leyendo los mismos libros.

.......................

Profesor de filosofía y estética, Peter Sloterdijk (Alemania, 1947), es actualmente rector de la universidad de Karlsruhe y enseña también en Bellas Artes de Viena. Desde su “Crítica de la razón cínica” (1987), viene mezclando sin cesar reflexiones metafísicas (”Ensayo de intoxicación voluntaria”, 2001) con ensayos políticos (”Théories des après-guerres. Remarques sur les relations franco-allemandes después 1945″, 2008). Algunos trabajos como “Normas para el parque humano” (2000) desataron fuertes polémicas en Alemania. Su voluminosa producción aborda numerosos temas, entre otros, “Ira y tiempo” (2007), un “análisis psico-político” de las luchas contemporáneas. También es autor de una serie de obras consagradas a una reflexión a fondo sobre el rol de la forma redonda en filosofía y sobre las representaciones que la acompañan (la última de ellas es “Globes Sphères II”, Libella, 2010). De su extensa obra pueden destacarse “El pensador en escena”, “Eurotaoísmo” y Extrañamiento del mundo (Premio Ernst Robert Curtius 1993). Acaba de publicar, “Tu dois changer ta vie” (Libella/Maren Sell, 2011).




Slavoj Zizek (Eslovenia, 1949). Este filósofo, conocedor tanto del idealismo alemán como de la obra de Jacques Lacan, es doctor en psicoanálisis. Su trabajo sobre el cine, sismógrafo de las grandes tendencias y convulsiones que sacuden la sociedad, se inscribe en la línea de los estudios culturales fundados por el pensador marxista estadounidense Fredric Jameson. Un pensamiento marxista al que este ex candidato del partido esloveno Democracia Liberal en 1991 siguió ligado a pesar de la desaparición del bloque del Este. Se declaró próximo al filósofo francés Alain Badiou cuando este último fue atacado. Autor prolífico, escribe regularmente tribunas en la prensa internacional sobre geopolítica. Entre sus libros, se destacan “Mirando al sesgo”, “Sobre la violencia”, “Cómo leer a Lacan”, “El títere y el enano”, “Porque no saben lo que hacen”, “Amor sin piedad” o el reciente “Vivre la fin des temps” (Flammarion).