27.3.12

Lo no verbal en la Oratoria


Por Ramón Maceiras López
La atribución de significados (interpretación) de la banda no verbal de la comunicación depende de la situación concreta en la que se dé la situación de comunicación persuasiva y nunca puede aislarse de la banda verbal. Ese proceso de interpretación es subjetivo y contextual y yerra quien pretenda clasificar el significado de las señales no verbales independientemente de la situación de comunicación en las que se producen y al margen de lo verbal.

La comunicación humana se fundamenta en tres pilares básicos: el lenguaje verbal, el paralenguaje y la cinésica. Esta última estudia los movimientos corporales con función comunicativa. El paralenguaje y la cinésica serían entonces los aspectos más cruciales de la banda no verbal de la comunicación.

Pero hoy sabemos que hay más factores en la banda no verbal. Para dar luz sobre la complejidad de la conducta no verbal se ha desarrollado a lo largo del tiempo una clasificación que pretende abarcar todos los factores involucrados. En la conducta no verbal están incluidos entonces los siguientes aspectos:

Características físicas: en esta categoría se incluyen cosas que permanecen relativamente sin cambio durante la comunicación. Son ellas el físico o la forma del cuerpo, el atractivo general de las personas, los olores corporales y el aliento, la altura, el peso, el cabello, el olor de la piel y su tonalidad.

Conducta táctil: hay autores que la incluyen dentro de la cinésica, pero otros la ven como fenómeno aparte. En cualquier caso, el comportamiento táctil está relacionado con aprendizajes de las etapas infantil y adulta que expresan mensajes no verbales profundos que pueden afectar el proceso de comunicación. Hablamos de caricias, golpes, guiar los movimientos de los otros, etc.

Paralenguaje: Se refiere a cómo se dice algo y no a lo qué se dice. Se estudian aquí las señales vocales no verbales que se emiten en el habla. Esto incluye las cualidades de la voz (registro, altura, ritmo, tiempo, articulación, resonancia, control labial, control de la glotis). Y las vocalizaciones. Aquí se incluyen los caracterizadores vocales, como la risa, el llanto, el suspiro, el bostezo, el estornudo, etc; los cualificadores vocales (intensidad de la voz desde muy fuerte a muy suave, la altura (aguda o grave) y la extensión; y las llamadas segregaciones vocales (los hum, m-hum, ah, uh, etc) en las que también se incluyen las pausas, sonidos intrusos, errores al hablar y estado de latencia.

La proxémica: es el estudio del uso y percepción del espacio social y personal. Se le denomina también ecología del pequeño grupo y se ocupa de la manera en que la gente usa y responde a las relaciones espaciales cuando se establecen grupos formales e informales. En las situaciones de comunicación, liderazgo y trabajo manual hay disposiciones espaciales determinadas que implican mensajes no verbales muy claros. La proxémica también estudia las relaciones espaciales en las multitudes y en situaciones de gran densidad humana. La proxémica es una herramienta sumamente útil en la Oratoria 2.0.

Los artefactos: ciertos objetos pueden actuar como estímulos no verbales en las situaciones de comunicación. Perfumes, ropajes, lápiz de labio, gafas, pelucas, postizos, pueden cumplir determinado papel en una situación de comunicación persuasiva.

Factores del entorno: Los factores ambientales interfieren en la comunicación, a veces de manera crucial. Muebles, estilo, decorados, condiciones de luz, olores, temperatura, ruidos adicionales, música, pueden ejercer una gran influencia en el resultado de situaciones de comunicación persuasiva interpersonal o grupal.

La tendencia actual de las investigaciones considera que lo no verbal no se puede estudiar aisladamente del proceso total de comunicación, al punto que tiende a haber consenso en cuanto a que la comunicación verbal y no verbal deberían tratarse como una unidad total e indivisible.

Prevenimos entonces contra la interpretación ligera o manualesca de los mensajes no verbales, ya que su peso en la comunicación es muy elevado y una interpretación incorrecta de los mismos pueda dar al traste con toda una estrategia de persuasión.

Por ejemplo, es frecuente interpretar el cruzamiento de brazos de una persona como una indicación de que se está cerrando a la comunicación, cuando eso puede significar otra cosa distinta si se amplía el campo de observación a las expresiones faciales, a las posturas corporales, la dirección, frecuencia y duración de la mirada, la temperatura ambiente y la expresión verbal. La interpretación correcta de todos esos factores puede indicar que el cruzamiento de brazos se produjo simplemente como una reacción al frío del ambiente

Por tanto, como criterio operacional de cautela, partimos de que la comunicación no verbal es potencialmente mucho más ambigua que la comunicación verbal (oral o escrita), ya que no existe un grupo de convenciones culturales claramente explícito para interpretar su significado. Será pues de nuevo la agudeza mental del interpretador la que le indique el camino correcto de interpretación de las señales no verbales que le envíen.

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