Por Ramón Maceiras López
La atribución de significados (interpretación) de la banda no verbal de la comunicación depende de la situación concreta en la que se dé la situación de comunicación persuasiva y nunca puede aislarse de la banda verbal. Ese proceso de interpretación es subjetivo y contextual y yerra quien pretenda clasificar el significado de las señales no verbales independientemente de la situación de comunicación en las que se producen y al margen de lo verbal.
La atribución de significados (interpretación) de la banda no verbal de la comunicación depende de la situación concreta en la que se dé la situación de comunicación persuasiva y nunca puede aislarse de la banda verbal. Ese proceso de interpretación es subjetivo y contextual y yerra quien pretenda clasificar el significado de las señales no verbales independientemente de la situación de comunicación en las que se producen y al margen de lo verbal.
La
comunicación humana se fundamenta en tres pilares básicos: el
lenguaje verbal,
el paralenguaje
y la cinésica.
Esta última estudia los movimientos corporales con función
comunicativa. El paralenguaje y la cinésica serían entonces los
aspectos más cruciales de la banda no verbal de la comunicación.
Pero hoy
sabemos que hay más factores en la banda no verbal. Para dar luz
sobre la complejidad de la conducta no verbal se ha desarrollado a lo
largo del tiempo una clasificación que pretende abarcar todos los
factores involucrados. En la conducta no verbal están incluidos
entonces los siguientes aspectos:
Características
físicas: en esta categoría
se incluyen cosas que permanecen relativamente sin cambio durante la
comunicación. Son ellas el físico o la forma del cuerpo, el
atractivo general de las personas, los olores corporales y el
aliento, la altura, el peso, el cabello, el olor de la piel y su
tonalidad.
Conducta
táctil: hay autores que la
incluyen dentro de la cinésica, pero otros la ven como fenómeno
aparte. En cualquier caso, el comportamiento táctil está
relacionado con aprendizajes de las etapas infantil y adulta que
expresan mensajes no verbales profundos que pueden afectar el proceso
de comunicación. Hablamos de caricias, golpes, guiar los movimientos
de los otros, etc.
Paralenguaje:
Se refiere a cómo se dice algo y no a lo qué se dice. Se estudian
aquí las señales vocales no verbales que se emiten en el habla.
Esto incluye las cualidades
de la voz (registro,
altura, ritmo, tiempo, articulación, resonancia, control labial,
control de la glotis). Y las vocalizaciones.
Aquí se incluyen los caracterizadores
vocales, como la risa, el
llanto, el suspiro, el bostezo, el estornudo, etc; los cualificadores
vocales (intensidad de la
voz desde muy fuerte a muy suave, la altura (aguda o grave) y la
extensión; y las llamadas segregaciones
vocales (los hum,
m-hum,
ah,
uh,
etc) en las que también se incluyen las pausas, sonidos intrusos,
errores al hablar y estado de latencia.
La
proxémica: es el estudio
del uso y percepción del espacio social y personal. Se le denomina
también ecología del
pequeño grupo y se ocupa
de la manera en que la gente usa y responde a las relaciones
espaciales cuando se establecen grupos formales e informales. En las
situaciones de comunicación, liderazgo y trabajo manual hay
disposiciones espaciales determinadas que implican mensajes no
verbales muy claros. La proxémica también estudia las relaciones
espaciales en las multitudes y en situaciones de gran densidad
humana. La proxémica es una herramienta sumamente útil en la
Oratoria 2.0.
Los
artefactos: ciertos objetos
pueden actuar como estímulos no verbales en las situaciones de
comunicación. Perfumes, ropajes, lápiz de labio, gafas, pelucas,
postizos, pueden cumplir determinado papel en una situación de
comunicación persuasiva.
Factores
del entorno: Los factores
ambientales interfieren en la comunicación, a veces de manera
crucial. Muebles, estilo, decorados, condiciones de luz, olores,
temperatura, ruidos adicionales, música, pueden ejercer una gran
influencia en el resultado de situaciones de comunicación persuasiva
interpersonal o grupal.
La
tendencia actual de las investigaciones considera que lo no verbal no
se puede estudiar aisladamente del proceso total de comunicación, al
punto que tiende a haber consenso en cuanto a que la comunicación
verbal y no verbal deberían tratarse como una unidad total e
indivisible.
Prevenimos
entonces contra la interpretación ligera o manualesca
de los mensajes no verbales, ya que su peso en la comunicación es
muy elevado y una interpretación incorrecta de los mismos pueda dar
al traste con toda una estrategia de persuasión.
Por
ejemplo, es frecuente interpretar el cruzamiento de brazos de una
persona como una indicación de que se está cerrando a la
comunicación, cuando eso puede significar otra cosa distinta si se
amplía el campo de observación a las expresiones faciales, a las
posturas corporales, la dirección, frecuencia y duración de la
mirada, la temperatura ambiente y la expresión verbal. La
interpretación correcta de todos esos factores puede indicar que el
cruzamiento de brazos se produjo simplemente como una reacción al
frío del ambiente
Por
tanto, como criterio operacional de cautela,
partimos de que la comunicación no verbal es potencialmente mucho
más ambigua
que la comunicación verbal (oral o escrita), ya que no existe un
grupo de convenciones culturales claramente explícito para
interpretar su significado. Será pues de nuevo la agudeza mental del
interpretador la que le indique el camino correcto de interpretación
de las señales no verbales que le envíen.
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